Suena el teléfono, hay que contestar. Las cosas del teléfono siempre son importantes.
Hora de comer. Comer es importante… pero yo quiero ir a jugar.
Ya hay muchos papeles en la mesa, muchos dragones que pintar y princesas que rescatar.
Tengo que hacer un cuento. Pero… yo quiero ir a jugar.
Las hojas crujen cuando las pisas, y todavía no he usado mi reata.
El lápiz sigue quieto.
El trabajo es importante. No he escrito mi cuento… otro día será.
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