28 oct 2009

La mano que mece la pluma o “el toque de Midas”

Desde hace algún tiempo conocíamos a Gabriel Martínez Meave a través de su trabajo, pero no fue sino tiempo después que tuvimos también el gusto de conocerlo en persona y descubrir a alguien que además de talentoso es sencillo, apasionado y profesional (parece cierto aquello de que entre más grande la gente, más sencilla). Es todo un personaje al más puro estilo Renacentista, tremendamente sensible, de conducta comprometida, dedicada y autodidacta, impulsada y limitada sólo por el anhelo propio del alquimista, que domina varias ciencias y artes ocultas y es que el hombre es y por mucho el diseñador más completo que conocemos y su toque cual Midas hace que TODO lo que pasa por su manos se vuelva oro.

Sólo tenemos 2 peros para tan singular colega:


1.- Gabriel originalmente estaría a cargo de la imagen de A Corazón Abierto, pero con una agenda tan ocupada seguimos esperando el huequito. Pero en fin, como buen genio se le comprende y perdona.


2.- Gabriel hace diseño de todo tipo pasando por editorial, tipográfico, empaque, identidad de personajes, imagen corporativa, caligrafía, etc, etc, etc. Pero hasta hace poco los ilustradores podíamos respirar tranquilos al no ser la ilustración una de sus principales áreas, a pesar de que cuando uno veía su cuaderno de apuntes podía apreciar que un boceto del mismo, era muchas veces un final nuestro. Hasta que un día sonamos pues le dio la comezón y desde hace un rato esta mucho más de lleno en estos menesteres. Bueno como dice el refrán el sol sale para todos y es un honor contar con su presencia en el gremio que definitivamente nos invita a crecer a todos.


Para quienes no conocen su trabajo queda la amable invitación a conocer sus multiples sitios web. Al tiempo que compartimos una foto de su exposición: “La mano que mece la pluma” en la que tuvimos el gusto de acompañarlo, compartir y reencontrarnos con Tati, su linda esposa.



15 oct 2009

De padres e hijos

Una de esas foto donde los padres parecen desdoblarse atendiendo a los hijos en la interesante y siempre retante tarea de ser padres de 2 peques.