25 nov 2010
De lo perdido… lo encontrado…
La promesa de una línea
Hablando de Mascotas
Tiki, Balú y Max se han convertido día con día en el latir de A Corazón Abierto, en ese pulso que a veces no notas pero que te hace sentirte vivo.
Tiki, (diminutivo de Rikki-Tikki-Tavi, nombre proveniente de “El Libro de la Selva” y aprovechado por los scouts dentro de su mística) complice inseparable de Marce desde que era una croquetita y se iba de contrabando en la bolsa de Marce a la escuela, a la oficina y a ver clientes.
Balú, (que en realidad debiera ser Baloo, siguiendo con la mística) hermano de Tiki, que llegó un año después (como que la cigüeña andaba medio norteada) y sólo mientras le conseguíamos hogar. Sin embargo a los 3 días ya Marce no lo promovía con nadie.
Y cuando desperté, el perro seguía ahí… Así llegó Max, para quedarse. El último, espero de este trío, a quien Marce adoptó después de verlo rondar perdido por la zona en tiempos de lluvia y tras boletinarlo sin respuesta acabo por acomodarse.
Inicios de un ilustrador
Yo sólo quería dibujar
Esto viene a mi mente porque vez tras vez nos encontramos sumergidos en pendientes de todo tipo: actualizar equipo, contratar personal, capacitar, asistir a reuniones, contestar llamadas, perseguir pagos, pagar cuentas, hacer declaraciones fiscales, resolver impevistos, etc… cuando yo sólo quería dibujar…
“Historias de mucho amor y mucha gloria y con sabor a zanahoria…” ©
Gracias siempre por la complicidad, primero de mi padre y siempre de mi Compañero de Viaje.
“Gliptodón, el tragón” © es una de las tantas historias hechas a cachitos, mientras esperábamos a mi mamá regresar al coche con el pan calientito. Muchos años después, fue una sorpresa descubrir a Gliptodón en una mancha de chapopote y darme cuenta, simplemente, de que era él. Para mi sorpresa las únicas 2 personas que también conocían la historia (mi papá y mi hermana), en cuanto lo vieron ¡lo reconocieron…! Es increíble como los personajes que guardas en el corazón simplemente aparecen a la vuelta de la esquina.
Manteniendo el Corazón calientito
No es extraño vivir entre prisas y urgencia, por lo que al ser tanto el tiempo que convivimos y los retos a los que hacemos frente día a día. Hacemos lo posible por pasárnosla bien, por generar un ambiente en el que todos nos sintamos cómodos, a gusto, y podamos dar lo mejor de nosotros mismos.
En ocasiones incluso hacemos el ridículo de formas que quizá nunca habíamos contemplado y más aun nos atrevemos hacerlo público, confiando en que si a nosotros estos momentos nos arrancaron risas, esperemos que ustedes por lo menos les robén una sonrisa.
El juego de “HUESITOS” es una tradición en ACA y consiste en conectar partes del cuerpo, digamos un tanto aleatorias, para detener entre 2 la tarjeta sorteada; por lo que debido a sus combinaciones todos hemos hecho el ridículo y nos hemos reído más de una vez ante las imágenes que se producen.
20 nov 2010
Tengo que hacer un cuento. Pero… yo quiero ir a jugar.
Suena el teléfono, hay que contestar. Las cosas del teléfono siempre son importantes.
Hora de comer. Comer es importante… pero yo quiero ir a jugar.
Ya hay muchos papeles en la mesa, muchos dragones que pintar y princesas que rescatar.
Tengo que hacer un cuento. Pero… yo quiero ir a jugar.
Las hojas crujen cuando las pisas, y todavía no he usado mi reata.
El lápiz sigue quieto.
El trabajo es importante. No he escrito mi cuento… otro día será.