Compartiendo con ustedes la alegría, mandamos un abrazo para calentarles el corazoncito.
Con nuestros mejores deseos,
Marce y David.
Compartiendo con ustedes la alegría, mandamos un abrazo para calentarles el corazoncito.
Con nuestros mejores deseos,
Marce y David.
Desde hace algún tiempo conocíamos a Gabriel Martínez Meave a través de su trabajo, pero no fue sino tiempo después que tuvimos también el gusto de conocerlo en persona y descubrir a alguien que además de talentoso es sencillo, apasionado y profesional (parece cierto aquello de que entre más grande la gente, más sencilla). Es todo un personaje al más puro estilo Renacentista, tremendamente sensible, de conducta comprometida, dedicada y autodidacta, impulsada y limitada sólo por el anhelo propio del alquimista, que domina varias ciencias y artes ocultas y es que el hombre es y por mucho el diseñador más completo que conocemos y su toque cual Midas hace que TODO lo que pasa por su manos se vuelva oro.
Sólo tenemos 2 peros para tan singular colega:
1.- Gabriel originalmente estaría a cargo de la imagen de A Corazón Abierto, pero con una agenda tan ocupada seguimos esperando el huequito. Pero en fin, como buen genio se le comprende y perdona.
2.- Gabriel hace diseño de todo tipo pasando por editorial, tipográfico, empaque, identidad de personajes, imagen corporativa, caligrafía, etc, etc, etc. Pero hasta hace poco los ilustradores podíamos respirar tranquilos al no ser la ilustración una de sus principales áreas, a pesar de que cuando uno veía su cuaderno de apuntes podía apreciar que un boceto del mismo, era muchas veces un final nuestro. Hasta que un día sonamos pues le dio la comezón y desde hace un rato esta mucho más de lleno en estos menesteres. Bueno como dice el refrán el sol sale para todos y es un honor contar con su presencia en el gremio que definitivamente nos invita a crecer a todos.
Para quienes no conocen su trabajo queda la amable invitación a conocer sus multiples sitios web. Al tiempo que compartimos una foto de su exposición: “La mano que mece la pluma” en la que tuvimos el gusto de acompañarlo, compartir y reencontrarnos con Tati, su linda esposa.
Una de esas foto donde los padres parecen desdoblarse atendiendo a los hijos en la interesante y siempre retante tarea de ser padres de 2 peques.
Debo comenzar puntualizando que no creo en descubrir el hilo negro de nada sino más bien en la observación, replanteación y reformulación de elementos; siendo diseñador abordo toda ilustración de una forma ecléctica similar al modo en que lo haría un director de cine quien dependiendo del mensaje que quiera transmitir selecciona los ingredientes idóneos para el mismo: la locación, iluminación, tono, estilo y personajes.
Creo en que para ser una estrella hay que seguir los pasos de una y apoyo abiertamente el método de las escuelas clásicas que practican el ejercicio de imitar para asimilar, por lo que en un ejercicio auto-impuesto busco concientemente maestros o influencias que seguir, que me permitan traspasar mis límites y desparecerme o desdibujarme de mi mismo para asimilar lo que otro hace. El mismo Picasso replicaba a Rembrandt y Goya hasta apropiarse de su realismo, que una vez conquistado pudo empezar a desaprender para acabar planteando el cubismo. Otro ejemplo son los animadores de Disney, específicamente los de Lilo & Stitch, quienes abiertamente confesaron que cuando tenían problemas con las actitudes o movimientos de sus personajes humildemente reconocían que había quien ya lo había resuelto antes y probablemente mejor por lo que acudían a ver como lo habían hecho otros colegas en Bambi y trasladaban dichos movimientos a su película.
Lo anterior viene a colación porque desde hace un rato en trabajos de índole personal vengo imitando concientemente el estilo del autor Benjamín Lacombe; así como el de Rebecca Dautremer y el del mismo Gabriel Pacheco fusionando los descubrimientos que encuentro en sus obras, (mismas que me parecen excepcionales) como un ejercicio de exploración.
Mi intención nunca fue ocultar su marcada influencia en estas imágenes o la emulación que con todo propósito hago de su trabajo (dicen que la más sincera muestra de adulación es la imitación); nada hubiera sido más fácil que disfrazarlos con una peluca u otra vestimenta sino más bien ocuparlos de pretexto o como motivo para desarrollar otras cosas que pudieran quedar emparentadas, como quien toma la receta de la abuela y decide que podría agregarle un poco de clavo y quizás alguna que otra especie exótica y finalmente acaba siendo sopa de lo mismo, pero con su receta especial, (supongo será por eso que hay tantas formas de cocinar lo mismo y cada restaurant tiene su receta especial).
Volviendo al proceso ocupé intencionalmente personajes similiares a los citados porque en mi “casting” contaban con los ingredientes que me permitían transmitir y explorar lo que me proponía. Sin embargo me preocupa en sobre manera que pudiera ser interpretado como un plagio que busca un camino fácil y a falta de una idea propia se adueña de otra ajena. Nada más lejos de la realidad pues cada una de estas imágenes partió de un tema y mensaje así como de su propio desarrollo creativo, del cual concientemente derivó la selección y desarrollo de cada ingrediente y personaje así como de su tono, estilo y ambiente. Se trabajó desde varias ideas y opciones de bocetos, teniendo a la mano las referencias siempre presentes de los autores citados para reinterpretarlas buscando un aire de familiaridad, pero en ningún momento con la intención de tomar su trabajo original y manipularlo para hacerlo pasar por nuestro; por lo que en un justo reconocimiento hemos colocado la leyenda de: Basado en… Inspirado en… como un justo Homenaje a los autores citados.
David Silva