Así es como llegó a nuestras manos la posibilidad de participar en la creación de un timbre “para el Día de las Madres”, que pudiera decir lo que es una mamá… muchas propuestas pasaron por la mente, muchas imágenes se agolparon en el corazón. Y así, sin querer, como colándose entre las manos, salió esta historia retratada en una ilustración: la historia cotidiana de cada noche, de tarde en tarde, de cuando trepo a mis hijos a mi cama y no soy más que su mamá, cuando puedo abrazarlos y abrazarme con ellos, cuando nos hacemos uno sin importar tiempo o espacio, cuando tratamos de congelar ese instante y que dure para siempre esa risa que viene desde adentro.
Este boceto simplemente salió así, y un día me descubrí sin querer exactamente en esa posición, con mis niños sonriéndome, me pregunto qué se gestó primero… Y no puedo más que decir gracias, por tener la fortuna de tener esta ventana al corazón, compartida hombro con hombro, trazo a trazo, con mi compañero de barco.
Desde niña los timbres se han mezclado en mi corazón con la imagen de papá, que me los
mostraba con esa mezcla de misterio y complicidad de quien tiene un tesoro; ahora, queremos compartir con ustedes esta creación, breve, sencilla, que para nosotros, encierra “el misterio de lo cotidiano” y es exactamente eso, un pequeño tesoro.
